REFLEXIÓN RETRATO

El retrato pictórico se hizo presente muy tempranamente en la historia de la humanidad, es un género que pretende representar, a través de la pintura, la apariencia visual del sujeto, normalmente se retratan seres humanos, aunque también pueden llegar a verse animales. Existe cierta jerarquía de géneros dentro de éste; por un lado, se representa al retratado con semejanza a Dios; por otro, es puramente glorificar la vanidad de esa persona.

Con la llegada de la clase burguesa en la Edad Media, se empezó meramente como un negocio, sin aludir a un enfoque artístico o conceptual. La única forma de poder obtener un retrato, era ser alguien de cierto nivel económico y social, sólo por eso, te hacía digno de adquirir uno, más bien, poder pagarle a un retratista, porque dada a la creciente moda, se hicieron de tal renombre que sólo llegaban a trabajar por encargo. Algunos artistas ponían todo su empeño en hacerse de dicho éxito para poder alcanzar a ser los preferidos entre éstos clientes, entre más brillantes y poderosos los representaban, más popularidad tenían.

Hubo un punto en que se convirtió en una práctica formalista, no había variación en las poses, los ademanes, la expresión, puesto que no había experimentación, y mucho menos el interés. Sin embargo, un siglo más tarde, con la llegada  del Renacimiento, observamos nuevas tendencias y aunque se siguen conservando las mismas poses estáticas en ricas vestimentas, se trabajan nuevos estilos. Unos de ellos eran el retrato en grupo, y sobre todo, el retrato privado.

En esa época, la pintura en general alcanzó un nuevo nivel y los grandes artistas de ese entonces eran considerados genios, elevándose por encima de todos los artesanos para llegar a ser hasta servidores valiosos. Fue un fértil periodo en cuanto a las muchas innovaciones, en sus diversas formas, que se presentaron en el retrato. También, empezaron a circular con frecuencia pequeños retratos, esta tradición siguió siendo popular hasta la época de la fotografía, desarrollando las habilidades de los pintores para después pasar a la misma. Con el retrato en grupo, antes mencionado, los encargos venían de asociaciones, con la intención de que los personajes pintados sobre el lienzo, se interrelacionan, dando a la imagen una auténtica comunidad. 

Los artistas del barroco, estuvieron particularmente interesados en captar la ornamentación, prestando gran atención a los detalles en los vestidos junto con su textura, proyectándose hacia un retrato refinado. Los siguientes y los que siguieron esa tradición, fueron los artistas neoclásicos, que representaban a sujetos con la última moda con un hincapié en la textura, y hacer resaltar la redondez de sus facciones con una luz dirigida, que llegaba a provocar drama, con un toque deprimente. Más adelante, los realistas, crearon retratos representando este tinte, con personas de clase baja y media; al mismo tiempo, se empezó a experimentar más a fondo con el autorretrato, mostrándose en varios estados de ánimo y expresiones.

Los realistas dieron paso a los impresionistas en los años 1870. Pintaban figuras aisladas o en pequeños grupos íntimos, al aire libre o en interiores bañados en luz, que se caracterizan por su superficie luminosa y la abundancia tonal, representando a menudo un carácter intimista, alejado del retrato oficial.

El desarrollo, casi obligado, de la fotografía tuvo un efecto significativo sobre el retrato, suplantando a la cámara obscura que había sido usada con anterioridad para facilitar el retrato en la pintura, dando cierta franqueza y poder a la fotografía en ese entonces. Al proporcionar una alternativa, la fotografía suplantó a gran parte del retrato en pintura inferior, y así, de ahora en adelante la fotografía podía ser aliada o enemiga.

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