DANIELA GRACIDA

Ya el hecho de que la fotografía haya dado su primer gran paso con un paisaje, da nota de lo importante que es éste género en la misma, y el impacto que lleva consigo. Además de que es de los temas menos polémicos y más permanentes, es también algo subjetivo, depende del día, hora y lugar de donde estés parado para poder sacarle provecho a lo que tienes en frente. Los paisajes consisten en capturar un objeto inanimado y estático, y poder canalizar algo a través de ello, todas las emociones que nos puede transmitir ese encuadre, y como moviéndote un poco puede cambiar radicalmente su propósito. Aunque sigue fuertemente influenciada por una estética clara y rigurosa, busca un paisaje sublime, casi espiritual. La fotografía de paisaje es una cosa seria, no se trata de salir y tomar foto a lo que sea, si de por si se debe de pensar una foto antes de apretar el botón, ahora con el paisaje, consiste en capturar sus colores y luces que le rodean, eso que lo hace mágico a nuestros ojo

''Su significado es el uso''.  Susan Sontag se refiere a la fotografía como un trabajo artístico con poca ambición de serlo. En realidad, en si es un fenómeno extraño, se dice que todo lo que es fotografiado es real, pero también lo real que es la modificación de la misma, es sumergirse en ese imaginario. O sea, la misma selección de que incluir o excluir, es el sello de una decisión humana y eso le da al fotógrafo el poder de narrar su realidad y la deformación de la misma. Para todo hay vertientes, diferentes maneras de ver y hacer las cosas. La fotografía amplia nuestro ojo, nos hace ver eso que nunca pensamos mirar o desde otro ángulo, como una extensión de nuestros sentidos. No dudo que la majestad y belleza están latentes en cualquier minucia del mundo, sólo tenemos que detenernos por un segundo y observar, tomarnos el tiempo de hacerlo de vez en cuando para de verdad poder apreciar nuestra realidad. Somos capaces de contener nuestra visión del mundo en un

En el momento en el que entré a la primera sala y observé las fotografías, casi instantáneamente pude apreciar como estás personas, orgullosamente se muestran frente a la cámara, totalmente seguros de quiénes son, de dónde vienen y a dónde van. Al ver ésto comprendí que a lo largo de la exposición iba a ser necesario asumir ciertas posturas frente a las personas o escenarios fotografiados, pensar sobre todo en el trasfondo y sus destinos. Cada instante fotografiado es un instrumento de conducto hacia referencias de sus propietarios, simbología, usos o hasta peso emocional y cultural. A mi gusto, siento que la fotógrafa brasileña, Luisa Dörr, fue la más acertada, pues al contar sólo una pequeña porción, te pudo decir de todo lo que esta pasando con las personas de tez negra, su día a día, al menos contemporáneamente. O bien lo dijo Carolina Navas con sus fotografías de los jóvenes que, como su propia geografía, crecen como metáforas de la adversidad, donde la ausencia convive con